El mapa de Europa por estos días presenta un panorama desolador: países enteros pintados de naranja, rojo y violeta. Es que la histórica ola de calor persiste y deja cientos de víctimas fatales. Sin embargo, este fenómeno, a diferencia de otros igual de peligrosos, no tiene nombre propio. El tema ha despertado la pregunta en las redes sociales: ¿por qué las olas de calor no llevan nombre?
Los científicos de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) salieron a aclarar el asunto. Explicaron que están considerando las ventajas y desventajas de asignarles nombres, siempre y cuando esto contribuya a que la población tome mejores medidas de prevención. Pero que lo establecido para los ciclones tropicales no se traduce fácilmente a las olas de calor. Tienen características físicas e impactos muy distintos.
Should we name heatwaves like we do hurricanes?
— World Meteorological Organization (@WMO) July 19, 2022
We've been getting this question a lot recently, and the answer is more complex than you may think. #HeatWave2022https://t.co/AkYLCW8sud pic.twitter.com/PUwpKzBySc
Este es uno de los tantos debates que se abren a medida que los eventos extremos aumentan su frecuencia e intensidad, como consecuencia del cambio climático. La OMM aclaró que apoyará las mejoras en los sistemas de alerta temprana por olas de calor, incluidas las estrategias de comunicación de riesgos asociados al calor extremo.
La perspectiva climática no es optimista. Según declaró esta semana el Secretario General de la OMM, Petteri Taalas, “las olas de calor como la que actualmente vive Europa serán cada vez más frecuentes y continuarán al menos hasta 2060, independientemente del éxito o no a la hora de mitigar el cambio climático”. Esto obligará a los países a ponerse de acuerdo y unificar sistemas de alerta temprana. Según los científicos, el aumento en las frecuencias de las olas de calor que se registran en Europa, es una consecuencia directa de la crisis climática, ya que las emisiones de gases de efecto invernadero incrementan su intensidad, duración y frecuencia