Investigadores y alumnos del Centro Universitario del Sur (CUSur), de la Universidad de Guadalajara (U de G), en México, se han dedicado a documentar e investigar cómo los alimentos ultraprocesados pueden afectar a nivel cerebral en las personas que los consumen.
El abuso en su consumo de alimentos ultraprocesados, no sólo afecta el peso corporal, el metabolismo y la conducta, sino que impacta de manera negativa en las funciones del cerebro; de ahí la importancia de moderar su ingesta y, en contraparte, consumir alimentos no procesados o mínimamente procesados.
Según la información dada a conocer por prensa U de G, la investigadora del Laboratorio de Neuro-Nutrición y Memoria, del Centro Universitario del Sur (CUSur), Mónica Navarro, en conjunto con las estudiantes Diana Martha Curiel Vargas y Valeria Guadalupe Valencia, han realizado una serie de investigaciones de cómo estos productos impactan directamente en el cerebro.
La académica explicó que se han documentado efectos en el sistema nervioso, específicamente en el cerebro, donde se ven afectados los procesos cognitivos, sobre todo en el aprendizaje y la memoria.
Para entender qué son los alimentos ultraprocesados habibles de la clasificación NOVA , un sistema que divide los alimentos en cuatro categorías de acuerdo con su grado de procesamiento:
Entre los alimentos ultraprocesados destacan las papas fritas, embutidos que tienen alta concentración de azúcares, alimentos con muy poca cantidad de nutrientes como panes y pasteles, en particular los que tienen que ver con un proceso más industrial.
La investigadora indicó que principalmente, cuestiones como afectaciones a la memoria, el aprendizaje, la atención, la concentración se han visto deterioradas; hay ciertas pérdidas de concentración y memoria cuando estamos consumiendo en exceso estos alimentos”.
Además también se encuentran los alimentos altamente calóricos, que conllevan otros riesgos agregados a quienes los consumen como las bebidas edulcoradas que tienen una cantidad elevada de azúcar.
Estos productos altamente calóricos pueden afectar la parte metabólica y se han relacionado con otros indicadores como adiposidad corporal, acumulación de grasa, que conlleva a la obesidad, sobrepeso y otras consecuencias como diabetes, hipertensión y afecciones cardiovasculares.
Generalmente, la adicción a este tipo de comidas lleva consigo una gran ansiedad, tanto por consumirlas, como una ansiedad en general. Se ha estudiado que la ansiedad interfiere en la atención y, por lo tanto, en la memoria. Ambos procesos son básicos para el aprendizaje.
Por esta razón es que se ha encontrado cómo el consumo de estos alimentos afecta al cerebro.
Los nutriólogos certificados insisten en que es importante consumir más alimentos naturales, es decir, que sean lo menos procesados posible, por lo que es muy importante fomentar el consumo de alimentos tradicionales de cada región, alimentos con un menor grado de procesamiento para poder tener una mejor calidad de vida y salud.