Los perros nos han acompañado durante miles de años, ganándose el título de "el mejor amigo del hombre". Les hablamos, les mostramos cariño y a menudo creemos comprender todas sus emociones. Pero según una nueva investigación, quizá no seamos tan hábiles interpretando los sentimientos de nuestros perros como creemos.
Un estudio reciente revela que los humanos con frecuencia malinterpretamos las señales emocionales de los perros, confundiendo a menudo signos de estrés, excitación o miedo con emociones completamente diferentes. Esta confusión puede afectar nuestra respuesta a las necesidades de nuestras mascotas e incluso provocar un refuerzo involuntario de comportamientos no deseados.
El estudio arroja luz sobre por qué a tantas personas les cuesta leer con precisión las emociones de sus perros, destacando el papel del sesgo humano, la mala interpretación del lenguaje corporal y los niveles de experiencia en la comunicación canina.
Una de las principales razones por las que los humanos malinterpretan las emociones de los perros es el antropomorfismo, o la tendencia a atribuirles emociones y expresiones humanas. Naturalmente, intentamos comprender a los perros basándonos en nuestro propio marco emocional, que no siempre se traduce con precisión en su mundo.
De manera similar, una cola que se mueve no siempre indica felicidad: también puede ser señal de agitación, incertidumbre o incluso posible agresión, dependiendo de la velocidad y rigidez del movimiento.
Otro error común es cómo se interpreta que un perro muestra los dientes. Muchos asumen que mostrarlos es señal de agresión, pero en algunos casos, la "sonrisa sumisa" de un perro es en realidad una forma de apaciguamiento, mostrando nerviosismo en lugar de hostilidad. Este malentendido puede provocar miedo innecesario o maltrato del perro.
El estudio también exploró cómo diferentes grupos de personas interpretan las emociones caninas. Resulta que la experiencia importa: los entrenadores profesionales de perros, los veterinarios y quienes trabajan estrechamente con animales fueron significativamente mejores en la identificación de las emociones caninas que el dueño promedio de una mascota.
Quienes trabajan con perros habitualmente han desarrollado una comprensión más matizada de su lenguaje corporal, mientras que el público en general a menudo se basa en mitos o suposiciones.
Malinterpretar el estado emocional de un perro puede tener consecuencias graves. Un dueño que confunde las señales de estrés con afecto puede, sin darse cuenta, empujar a su perro a situaciones incómodas, lo que con el tiempo le provoca ansiedad o incluso comportamiento agresivo.
Por ejemplo:
Al comprender mejor estas señales, los dueños pueden crear un entorno más cómodo y confiable para sus perros.
Barking Up the Wrong Tree: Human Perception of Dog Emotions Is Influenced by Extraneous Factors. March 10, 2025. Holly G. Molinaro, Clive D.L. Wynne.
Humans are bad at reading dogs’ emotions – but we can learn to do better. March 26, 2025. Juliane Kaminski.