Según investigaciones los glaciares presentan flujos de movimiento que pueden avanzar desde pocos metros, hasta varios kilómetros, muchas veces alcanzando velocidades altamente peligrosas.
En un oleaje, término que se utiliza cuando el hielo glaciar cae cuesta abajo a gran velocidad, el hielo avanza hasta donde puede detenerse. Este desplazamiento puede causar el bloqueo de ríos, aumento de su caudal, rotura de represas o la formación de lagos; suelen no presentar graves peligros en las personas debido a que comúnmente ocurren en zonas escasamente pobladas.
Sin embargo, a comienzos de este año, una avalancha producto del rompimiento del glaciar Nanda Devi del Himalaya provocó un crecimiento repentino de las aguas, arrasando con todo lo que encontró en su camino por este estrecho valle, incluida una represa, puentes y carreteras, provocando perdidas humanas, de animales y un centenar de personas desaparecidas.
Nanda Devi glacier broke off in #Chamoli district of #Uttarakhand Sunday morning.Damaged a dam on Alaknanda river. Rise in water level in river. Reports of loss awaited. pic.twitter.com/GUXcLttXVg
— Nishith Dabhi (@nishith_dabhi) February 7, 2021
Estos desastres han puesto en alerta a los organismos de emergencia y al mundo científico, ya que aún se desconoce la existencia e inicio de algunas avalanchas debido a que solo se logran descubrir a través de imágenes de satélite.
Un grupo de científicos del equipo de Glaciares de la Iniciativa del Cambio Climático de la ESA, realizaron una investigación publicada en The Cryosphere , donde lograron descubrir que estos desprendimientos y avalanchas ocurren con más frecuencia de lo que se tenía registrado.
Así lo explico Andreas Kääb, de la Universidad de Oslo: “sabemos de los flujos que se originan en los glaciares que se desprenden de grandes alturas desde hace varias décadas, sin embargo, hasta hace poco, nos sorprendió mucho descubrir que los glaciares que descansaban en lechos más planos, también se puede desprender en su totalidad”.
Además, agregó, “usando datos satelitales, hemos descubierto que tales eventos son más comunes de lo que podríamos haber imaginado, y esto podría ser una consecuencia del cambio climático”.
Analizaron 20 desprendimientos de glaciares ocurridos en 10 regiones diferentes, desde Alaska hasta los Andes y desde el Cáucaso hasta el Tíbet, donde estudiaron su volumen, las distancias, los rangos de elevación, las condiciones del permafrost y los posibles factores que desencadenan estas avalanchas.
Luego de una exhaustiva investigación concluyeron que el desprendimiento de glaciares que descansan en lecho rocoso es más común de lo que se piensa y por tal motivo es indispensable seguir investigando para lograr obtener pronósticos con el fin de detectar posibles avalanchas a tiempo para evitar consecuencias devastadoras.
Las avalanchas son deslizamientos de grandes masas de hielo, asociadas normalmente a glaciares en pendientes pronunciadas, se producen cuando estas enormes capas se desprenden de la ladera de la montaña y se rompen cayendo cuesta abajo. Estas masas en movimiento pueden alcanzar una velocidad de 130 kilómetros por hora en un par de segundos.
Existen dos tipos:
Los últimos estudios realizados también predicen que la ocurrencia de las avalanchas se irá acentuando hacia el 2050 en forma paralela al avance del cambio climático, teniendo cada vez más graves consecuencias, por lo que es importante invertir en la prevención y pronóstico de posibles avalanchas, debido principalmente al asentamiento e incremento de actividades humanas en estas zonas, las cuales se exponen a este proceso natural que puede resultar devastador.